Bukimanía en la Velaria

11:21 p. m.

Marco Antonio Solís hizo honor a los pronósticos abarrotando las instalaciones del recinto ferial, siendo la noche de ayer cuando El Buki inundó el ambiente con su legendario repertorio, mismo que incluyó tanto éxitos de antaño como temas de sus últimas producciones discográficas.

Hermanitos les traigo un mensaje y es que Dios los ama”, fueron las palabras con las que uno de los artistas latinos más influyentes de los últimos tiempos daba la bienvenida a los miles de duranguenses reunidos en la Velaria.

Derrocha espiritualidad

No era la primera vez que este icono de la música mexicana cautivaba el corazón del público alacranero; sin embargo, en esta ocasión se mostró mucho más reflexivo, visiblemente influenciado por la reciente muerte de su madre, “gracias por sus oraciones para mi querida madre que ya está en el cielo… sólo muere aquello que olvidamos o dejamos de amar”, agradeció el cantautor mostrándose siempre ecuánime y con una sonrisa que contagiaba paz.

Una imponente cruz plateada colocada en la base de su micrófono sería apenas una pequeña representación del tremendo derroche de espiritualidad ofrecido a lo largo de todo el concierto, “hablemos de sentimientos”, propuso Marco Antonio antes de hacer estallar la Velaria con los primeros acordes de Mi Eterno Amor Secreto.

Un mal consejo

Amo y señor del romanticismo, Marco Antonio Solís no se cansó de hacer gala de su tremenda versatilidad y dominio escénico, virtudes que lo han llevado a conquistar públicos tan exigentes como el de Viña del Mar o el propio Madison Square Garden de Nueva York.

“Quiero darles un mal consejo”, amenazó, “enamórense sin importar lo que pase”, segundos después miles de almas cantaban a unísono el tema Cómo Fui a Enamorarme de Ti.

Taco de ojo

Cuando la adrenalina y entrega de la multitud parecían estar al máximo, el Buki aceleró el ritmo con temas como Nada que me Recuerde a Ti, en los que el propio artista tomó el poder de las percusiones y consintió a los varones con un séquito de hermosas bailarinas, sin dejar de mencionar a las coristas que de igual manera arrancaron los suspiros de la audiencia masculina. Aunque para salvar a los casados del inevitable pellizco, Marco Antonio Solís agregó, “siempre me gusta mencionar o subrayar el gusto que me da ver a tantos matrimonios… ojalá que sigan siempre juntos, aunque a veces es difícil pero al final el esfuerzo vale la pena”.

Que poca… puntualidad

La cita estaba marcada a las ocho de la noche, aunque el lugar se empezó a llenar muchos minutos antes. La Velaria ya mostraba un lleno total incluso al momento de que la agrupación telonera hacia lo propio por calentar los ánimos o cuando se realizó una serie de exhibiciones deportivas. Marco Antonio Solís pisaría el escenario pasadas las nueve de la noche, cumpliendo con el horario previsto por todos los ahí presentes.

Sin embargo, una segunda ola de personas llegó “a las frescas” de las 22:00 horas, cuando las puertas del recinto ferial ya estaban cerradas. Para su fortuna hubo quien escuchó el estruendo y pudo permitirles el acceso. Desgraciadamente para ellos, en la Velaria no cabía un alfiler y tuvieron que conformarse con vivir la Bukimanía a distancia.

Fuente: El Siglo

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