Las luces del Anfiteatro Manuel Antonio Ramírez se encendieron dejando ver en escena a una veintena de músicos ataviados con los más variados instrumentos.

Entre gritos y aplausos de los espectadores, aparecieron cuatro bailarinas que comenzaron a moverse al son de la música aumentando la expectativa. Minutos más tarde, una voz se hizo escuchar desatando el delirio de los asistentes. Marco Antonio Solís irrumpió en el escenario entonando las primeras estrofas de “Te sigo esperando”.

Vestido con un saco rojo, pantalón negro y su particular cabellera al viento, el mexicano dió comienzo a un show de calidad internacional, que dejó maravillado al público local. Con un escenario de lujo a orillas del Paraná, una calidad de sonido excepcional, una banda que incluía guitarras, trompetas, teclados, saxo y batería, junto al acompañamiento de la sinfónica de Corrientes, el ídolo romántico no pudo menos que brillar.

Uno a uno el cantante azteca entonó los hits a lo largo de su carrera. “Amor en silencio” y “El peor de mis fracasos” dieron el pie para que el músico saludara con particular tonada mexicana, “Buenas noches hermanitos de Posadas, Misiones. Hermoso lugar, hermosa noche. Gracias por el regalo de la vida y del presente. El estar aquí, en Misiones”.

El artista también pudo demostrar sus dotes de músico en varias oportunidades, ya que se animó a tocar la guitarra y los timbales, e incluso se dejó llevar por la música y esgrimió unos cuantos pasos de baile suscitando el aplauso generalizado de la platea femenina.

Entre el amplio repertorio, hubo espacio para interpretar los grandes éxitos que cosechó junto a la banda que fundó en sus comienzos, “Los Bukis”. Allí el público local vibró al ritmo de “Tu Cárcel”, “Y ahora te vas” y “Cómo fui a enamorarme de tí”, mientras Marco Antonio, se deslizaba por el escenario con típicos pasos de baile mexicano y vestido de ranchero, con su sombrero texano.

“Mi eterno amor secreto”, “Si te pudiera mentir”, “Invéntame”, “O me voy, o te vas” y “Perdóname” lograron que el público cantara a viva voz. Sin embargo, “Si no te hubieras ido” desató una catarata de ovaciones que en algunos casos llegó hasta el llanto.

El cierre estuvo a cargo de “Donde estará mi primavera”, otro de los grandes éxitos que consagró al artista internacional en tierra colorada.

Momentos
Pese al extenso grupo encarcado de la seguridad, integrantes del público lograron traspasar barreras y acercarse al ídolo. Fue así que dos oportunidades, dos niños se acercaron a la plataforma donde se encontraba el cantante quien no dudó en abrazarlos y tomar una carta que uno de ellos le entregaba. Otro episodio involucró a una ciudadana paraguaya, quien traspasando el control se subió a la plataforma y abrazó al cantante tomándolo por el cuello. Instantes más tarde, la seguridad la retiró del lugar, sin ninguna reprimenda.

Para todo público
El aluvión de gente apostada en el Anfiteatro posadeño había llegado desde los más variados lugares.
Procedentes de varios departamentos misioneros, así como de Paraguay e incluso México, el público se congregaba con un objetivo en común, disfrutar del show. Un claro ejemplo de ello fue una combi que partió de Leandro.N. Alem con 19 mujeres. “Salimos a las 17 y llegamos a Posadas 19.30. Compramos un paquete en una agencia de viajes que incluía el viaje y las entradas. Fue un show de lujo, ahora nos volvemos mirando el DVD de Marco Antonio y cantando” señaló Romina (30).

Mientras las expectativas hacían suponer predominancia de público femenino, sorprendió la cantidad de hombres presentes. Y, si bien la mayoría estaba como acompañante no dejaron de disfrutar del espectáculo, reconocer el nivel del mismo, e incluso entonar varias estrofas de los temas más conocidos.
“En mi caso, yo la invité a mí mujer y ella me acompaña, porque a mí me gusta” indicó Ricardo (50). También hubo lugar para los más pequeños, y los abuelos configurando un espectáculo para toda la familia.

Fuente: El Territorio